El olfato es uno de los sentidos que menos desarrollados tenemos y que menos trabajamos siendo adultos. Sin embargo, junto con el tacto, el olfato es uno de los sentidos cruciales en el nacimiento.
Una de las actividades planteadas en el aula pitufa, el olfato ha sido pieza clave. Le hemos presentado una bandeja con hierba buena, laurel, romero y lavanda. Y de fondo música tranquila con sonidos de pájaros, viento...
Al principio eran un poco reacios a tocar, pero en el momento que uno de los bebés se acercó y agarró el laurel, y empezó a quitar hojas, el resto se fue animando: agitaban el romero, lo tiraban, apretaban fuerte la lavanda, olían todo, las manos nos olía.
Nuestra clase olía genial, y junto con los sonidos de fondo parecía que nos habíamos ido al campo.
La siguiente sesión fue hacer bolsitas aromáticas para poder llevárselas a casa, así que también pudieron manipular telas que habíamos utilizado para realizarlas.
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