¡Cuánto aprendemos!

El periodo de edad que abarca el primer ciclo de la educación infantil, es el gran olvidado, aunque poco a poco y con mucho esfuerzo, se está visibilizando que la educación abarca desde que nacemos hasta que nos morimos.                                          

Mientras nosotros vamos archivando ideas, momentos, sucesos, palabras, y las metemos dentro de nuestra "carpetita" (cabeza), los niños son completamente diferentes hasta los seis años. Porque no memorizan, no guardan, no archivan… sino que por el contrario hacen suyo cada suceso, cada palabra, emoción.

Todo pasa a formar parte de ellos mismos. María Montessori ya lo decía cuando hablaba de La mente absorbente “Nosotros (los adultos) adquirimos los conocimientos con nuestra inteligencia, mientras que el niño los absorbe con su vida psíquica”

En nuestra escuela, los niños son los protagonistas y están en continuo aprendizaje a lo largo de cada jornada escolar mediante juegos, canciones, cuentos, actividades grupales e individuales ...etc

Os vamos a contar algunas de las actividades que hicimos en el aula duende (2 años) este pasado otoño.

LOS COLORES DEL OTOÑO

 "Me lo contaron y lo olvidé, lo vi y lo entendí lo hice y lo aprendí" Confucio 

Contamos cuentos sobre la temática

Además de los cuentos que tenemos en la escuela, solemos recopilar algunos más pidiendo colaboración a las familias para hacer una sesión completa para conocer los títulos sobre la temática que estamos trabajando.

Los niños suelen ir pidiendo por orden de preferencia para contarlos y además de ir repasando vocabulario sobre la unidad, conocemos nuevas historias para adentrarnos.

Realizamos fichas

Durante la semana realizamos un par de fichas para ir recogiendo al final de trimestre un resumen de las unidades trabajadas. 

No es lo mismo tocar una hoja, observarla, girarla, vivenciar su tamaño, su peso… que mirar una lámina en la que está fotografiada una hoja. El niño primero necesita conocer el mundo y a partir de ahí podrá ir pasando a una representación, de lo concreto a lo abstracto. Es por ello que no lo hacemos al revés ya que el niño no tiene la vivencia previa (experimentar con las hojas, en este caso), y dejamos este tipo de actividad plástica para el final (primero las manipula y posteriormente pinta o las pega en un papel).

Degustamos frutas típicas

En  nuestra escuela es muy importante la alimentación, es por ello que aprovechamos cualquier situación para degustar frutas o verduras, ya sean nuevas o conocidas por los niños. El otoño no ha dejado uvas, granadas, calabazas, dátiles, pasas, aceitunas, membrillo, caquis con los que además de comerlas, experimentamos para darnos cuentas de las diferentes texturas, tamaños, formas y sabores.

Recogemos aceitunas

Con el verdeo se comienza a finales de septiembre aunque se extiende hasta noviembre. "Seño esta aceituna está mala (amarga)" me decían algunos al probarlas nada más arrancarlas, además de comprobar su sabor, observamos que manchaban mucho.

Conocemos y clasificamos frutos secos

Almendras, bellotas, castañas, avellanas, cacahuetes, y piñones son algunos de los frutos secos con los que hemos experimentado gracias a las familias que nos han ido trayendo a lo largo de las sesiones programadas. Aunque no vivamos en un entorno donde prime la naturaleza, afortunadamente este tipo de productos se pueden encontrar fácilmente y ayudar así a nuestros pequeños a conocer los diferentes frutos de otoño.

 Confeccionamos nuestra corona otoñal

Para poder ser los duendes del otoño, realizamos en una sesión nuestra corona coloreando una hoja y decorando con pegatinas la banda que posteriormente lucimos en nuestras "cabecitas curiosas".

Experimentamos con hojas secas

Convertir en un bosque de hojas secas nuestra aula les animó a experimentar con ellas, descubriendo el crujido al pisarlas, lanzándolas por el aire, trocearlas y desmenuzarlas, apilarlas o agruparlas fueron las actividades que realizaron nuestros pequeños duendecillos de otoño sin tener que decirles nada 

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